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Piercing en la ceja

Actualizado: 15 de octubre del 2025 138 Comentarios

El piercing en la ceja comenzó a ganar fama a principios del nuevo milenio. Y todavía hoy es una tendencia mundial. Acompáñanos a conocer sus tipos, sus cuidados y unas cuantas cosas más al respecto.

Mitos acerca del piercing en la ceja

En la cultura moderna han aparecido diversos mitos en torno al piercing en la ceja. Muchas veces son ellos los que desmotivan a quienes desean colocarse uno. Para que ese no sea tu caso, vamos a desmontarlos aquí y ahora:

Caída de las cejas

Un mito que causa más gracia que temor es que un piercing en la ceja puede hacer que esta se caiga. Cuando hablamos de “caerse” nos referimos a que pierda su forma y quede más abajo de lo que estaba.

Es completamente imposible que un piercing pueda ocasionar semejante efecto en una ceja. Principalmente, porque no pesa nada, de modo que no tendría la fuerza suficiente como para hacerlo. Además, es una pieza con un tamaño muy reducido.

Lo más cercano a este mito que pudiese ocurrir es que la persona sintiese un espasmo. Esto sucedería si mientras colocan el piercing en la ceja se toca sin intención algún nervio, cosa improbable. Sin embargo, si llegara a pasar la sensación sería breve e indolora.

Ceguera repentina

El rumor de la ceguera repentina a causa de un piercing en la ceja es quizás el más preocupante. No es para menos, considerando todo lo que implica. Afortunadamente para todos, este es otro mito sin ningún fundamento.

Si bien es cierto que la zona de las cejas es bastante sensible, las perforaciones no tocan ninguna fibra importante. La técnica para colocar el piercing ha mejorado a tal punto que el riesgo es inexistente.

En conclusión, no hay posibilidad alguna de que una perforación en las cejas afecte la visibilidad de los ojos. Aún mejor, el piercing permanece siempre lejos de ellos, por lo que no hay siquiera contacto entre ambas cosas.

Tipos de piercings en la ceja

Cuando hablamos de los tipos de piercings en la ceja hemos de considerar una característica en común. Esta es que todos van colocados lo más lejos posible del entrecejo. Ello se debe a que en esa zona hay demasiadas terminaciones nerviosas.

Por consiguiente, conviene más buscar una zona menos delicada. Así pues, casi siempre se elige el final de las cejas. Aunque desde luego hay personas que han decidido quebrantar esta norma.

En todo caso, los tipos que veremos a continuación son los mismos para ambas cejas. Hay tan solo tres, pero puedes jugar a combinarlos de distintas maneras para conseguir una apariencia más original.

Piercing de ceja horizontal

Este primer piercing en la ceja es por mucho el más conocido y buscado por las personas. Su nombre se debe a la orientación que sigue cuando es incrustado en la piel. Básicamente se coloca en un plano horizontal, con lo cual queda en paralelo con la línea de la ceja.

Esta perforación suele ir por encima de la ceja. La razón es simple: resulta mucho más fácil de colocar. Aunado a ello, es una zona mucho más resistente. Por lo tanto, se reduce el tiempo de cicatrización, así como también la sensación de dolor.

Piercing de ceja vertical

En el caso del piercing en la ceja vertical encontramos que es el opuesto al anterior. Aquí la perforación se realiza verticalmente. En consecuencia, a nivel estético se consigue un efecto en forma perpendicular.

Por sus características, este piercing en la ceja va necesariamente al final de la misma. A diferencia de otros tipos, no hay modo posible de colocarlo en otro lugar sin ocasionar riesgos. Su ubicación deberá ser esa, independientemente de si es la ceja derecha o la izquierda.

Piercing de ceja doble

Por último tenemos el piercing en la ceja doble. Aquí también el nombre nos indica de qué va. En este tipo se trabaja con dos perforaciones. Es decir, la persona en cuestión se coloca dos piercings en la ceja que haya elegido.

Dichos piercings deberán ser de tipo vertical obligatoriamente. Al colocarlos quedarán juntos de manera paralela entre sí y perpendicular respecto a la línea de la ceja.

Esta clase de piercing en la ceja es la menos frecuente. Suele creerse que al ser dos perforaciones se aumenta el dolor. Por suerte, lo cierto es que la sensación es la misma. De hecho, si ya tienes una perforación y añades otra, tu cuerpo la aceptará más fácilmente porque ya estará adaptado.

Las joyas más populares para estos piercings

En las últimas décadas han aparecido múltiples joyas para piercings en las cejas. No obstante, en el mercado hay dos opciones consideradas las más populares por los usuarios. Cualquiera de ellas te dará el look que has estado buscando:

Ogquaton

El Ogquaton no es exactamente una sola joya, sino un conjunto completo. En el mismo van incluidos piercings de todas las clases. Los hay rectos, curvos, circulares, con formas atrevidas, etc.

Evidentemente, existen algunas joyas en este grupo que funcionarían mejor en las cejas que otras. Pero todo está en que las vayas viendo y probando hasta que encuentres la más indicada para ti.

Sundown Body

El Sundown Body es una de las joyas más utilizadas en perforaciones. Esto aplica para el piercing en la ceja de manera especial, ya que es un modelo muy bien adaptado. Su tamaño y grosor se adecúan perfectamente a esa zona del cuerpo.

Esta joya tiene un diseño de barra. Su forma es ligeramente curva, lo cual también contribuye a su colocación. Por lo general se usa acero inoxidable para fabricarla, pues dicho material es resistente y flexible.

La Sundown Body puede servirte para cualquiera de los tipos que esbozamos más arriba. Sin embargo, encajará aún mejor con el piercing en la ceja vertical.

Cuidados básicos a seguir

Ya para terminar, haremos un repaso por los cuidados básicos de este piercing. Cada uno es igual de importante, así que síguelos todos:

Evita el contacto con champú o jabón

Mientras te estés duchando, debes procurar que ni el champú ni el jabón toquen tu piercing en la ceja. De hacerlo, muy probablemente acaben irritando la joya y la piel en torno a ella.

Una buena técnica es inclinar la cabeza hacia atrás cuando vayas a usar el champú. Eso evitará que el líquido pase cerca del piercing. Para la cara, en cambio, puedes usar una toallita de limpieza facial.

Asea tu cama

La cama, siendo el lugar donde duermes durante varias horas, ha de estar limpia. Eso implica las almohadas, las sábanas e incluso la ropa que utilices cuando te acuestes en ella.

Procura cambiar la sábana cada dos o tres días. Eso evitará que se concentren las bacterias. Si tienes varias almohadas, procura dormir con una diferente cada noche. Asimismo, nunca te acuestes sobre el lado donde te has puesto el piercing en la ceja.

Usa con precaución el maquillaje

Si eres una chica y acostumbras maquillarte, deberás hacerlo con mucha precaución. El maquillaje es una sustancia con diversos componentes que podrían ser irritantes para el piercing. Incluso, en el peor de los casos, podrían llegar a contaminarlo.

Además de ello, las brochas de maquillaje suelen contener muchísimas bacterias. Mantén lejos la tuya de la perforación. Lo más recomendable es que te tomes unos días de descanso. Evita maquillarte al menos por una semana.

No acudas a piscinas

Las piscinas son contenedores de diversas bacterias. Sumergirte en una comprometería sin lugar a dudas el piercing y por extensión también tu salud. Claro está, esta prohibición no es eterna. Tan pronto como haya cicatrizado la herida, podrás ir a cualquier piscina.

No te remuevas el piercing

Como sucede con todas las perforaciones, el piercing en la ceja ha de quedarse en su lugar por un tiempo. Por lo menos unos seis meses. Hasta que no hayas completado ese lapso, no lo remuevas por nada del mundo.

Hacer eso sería básicamente un medio seguro para provocarte una infección. E incluso si notas que está infectado, siempre será mejor que acudas con un doctor o con el perforador. Ellos sabrán cómo actuar al respecto.

Evita el alcohol y los cigarrillos

El alcohol y la nicotina de los cigarrillos son conocidos por bajar las defensas del sistema inmunitario. Esto podría entorpecer la cicatrización de tu piercing, y hasta podría aumentar el riesgo de infecciones. Por tanto, evítalos hasta haber cumplido los seis meses.